El camino de Aristóteles (Biografía)
- Héctor Flores Ochoa
- 28 mar 2020
- 7 Min. de lectura
En un ambiente un poco hostil, es decir, rodeado de guerras, alianzas y derrotas entre las polis griegas, nació Aristóteles hacia el año 384/3 a. C. en la ciudad de Estagira, su padre se llamaba Nicómaco y su madre Festis[1]. De su padre se sabe que era médico y amigo del rey macedónico Amintas III (padre de Filipo II y abuelo de Alejandro Magno), y que además escribió algunos tratados de medicina y uno sobre Física[2]. Por otra parte, su madre era originaria de Calcis y también de una familia de médicos[3], por lo cual no es difícil imaginar que Aristóteles habría recibido una buena educación y que, además, entablara desde entonces relación con Filipo II (cf. Calvo, 2008: 6). Sin embargo, a edad temprana Aristóteles quedó en orfandad por lo que su pariente Próxeno de Atarneo se hizo cargo de él[4].

A la edad de diecisiete años (367 a. C) Próxeno envío al efebo Aristóteles a Atenas con el fin de consolidar su educación; ya en Atenas, que si bien había perdido su poder militar no por ello “la supremacía cultural ‒artística, filosófica, científica y educativa‒” (Calvo, 2008: 5), había dos escuelas de renombre: la Academia de Platón y la Escuela de Isócrates[5], pero Aristóteles eligió la Academia pues “evidentemente, había leído escritos de Platón y había sido inspirado por su filosofía. Pues ¿por qué, si no, habría ido a Atenas y por qué escogió entre las muchas escuelas que había precisamente la Academia? En todo caso, Aristóteles no llegó a la Academia como un inexperto provinciano” (Düring, 2005: 20). No obstante, cuando Aristóteles llegó a la Academia Platón no se encontraba, pues recientemente había emprendido su viaje a Sicilia, por lo que probablemente fue recibido por Eudoxo; es precisamente bajo la dirección de Eudoxo que la Academia tuvo su apogeo y además Platón, a su regreso, habría traído consigo a grandes pensadores[6] por lo que se creó el ambiente propicio para que Aristóteles acrecentara con mayor rapidez el gran intelecto que de por sí ya poseía. Es así que surgen anécdotas como que el anciano Platón dijo alguna vez que el joven Aristóteles (ya de 20 años, aproximadamente) era el νους (la inteligencia) de la clase[7].
Durante veinte años en la Academia, Aristóteles se desarrolló como alumno y después como profesor, y fue parte de apasionantes debates de diversa índole con personalidades de gran capacidad intelectiva[8]; pero esta etapa tuvo su fin debido a que Filipo II en el año 349 a. C había conquistado a Olinto, una ciudad protegida por Atenas[9] por lo que los extranjeros comenzaron a ser vistos con recelo, sobre todo cuando provenían de la región macedónica; precisamente era el caso de Aristóteles quien además tenía por amigo a Hermias, soberano de Atarneo y aliado de Filipo II. Por ello Aristóteles abandonó la Academia[10] hacia el año 347 a. C. y se dirigió a Atarneo por invitación de Hermias, radicó tres años en Asos en donde conoció a Teofrasto quien sería su más fiel discípulo. Lamentablemente Hermias fue capturado y asesinado por lo que Aristóteles nuevamente tuvo que migrar, esta vez a Mitilene, no sin antes rendirle honores a su amigo y protector ya que escribió un himno a la virtud[11] en el que alude a Hermias. Asimismo, se casó con Pitias (hija adoptiva de Hermias) con quien tuvo una hija que llevó el nombre de la madre (Pitias). Respecto a su hijo Nicómaco (quien por lo demás murió joven) no hay acuerdo entre quién es la madre ya que algunos dicen que fue Pitias y otros que fue hijo de la administradora de la casa de Aristóteles llamada Herpilis.[12]
Posteriormente hacia el año 343 a.C. Aristóteles fue llamado para hacerse cargo de la educación de Alejandro, hijo del rey Filipo II, a quien la historia conocería como “el Grande” (Magno). De esta etapa en la vida de Aristóteles se ha especulado bastante, pero nada resulta claro, por ejemplo, quienes han llegado a pensar que Aristóteles instruyó a Alejandro para vengarse de los atenienses[13], pero es difícil sostener esto principalmente ateniéndonos a lo que Tomás Calvo dice:
A la luz de los acontecimientos posteriores podemos suponer, sin embargo, que Alejandro no debió hacer demasiado caso a las ideas de su maestro, al menos en lo que se refiere a las ideas políticas. La teoría política de Aristóteles continuaba aferrada a la ciudad-estado tradicional como institución política y como punto esencial de referencia. Los proyectos y las realizaciones político-militares de Alejandro, por el contrario, se dirigieron a la formación de un vasto imperio panhelénico dentro del cual aquellas pequeñas ciudades-estado perderían definitivamente su significación y protagonismo político (2008: 7).
Y es que, además, textos como las Cartas a Alejandro y Alejandro o Sobre las colonias (que según Diógenes Laercio (Lib. V, 22-27) pertenecieron a Aristóteles) no se han conservado por lo que es difícil precisar lo ocurrido en esta relación[14], sólo un consejo de Aristóteles a Alejandro es tenido por auténtico y dice “trata a los griegos como su guía y a los bárbaros como señor, cuidando de aquellos como de amigos y parientes, de éstos, en cambio, en la forma como se da comida y sustento a criaturas irracionales”[15]. La educación de Alejandro concluyó en el año 340 a.C. debido a que éste tuvo que hacerse cargo del reino y Aristóteles por su parte regresó a Estagira.
En el 335 a. C. a la edad de 49 años Aristóteles volvió a Atenas pues por esa fecha Macedonia comenzó a cobrar fuerza y asegurar la tranquilidad política (Düring, 2005: 36). Cerca de un gimnasio público erigido en honor a Apolo Licio[16], Aristóteles comenzó una tercera etapa intelectual en la que fundó su escuela (el «Liceo»)[17], que se caracterizó porque las lecciones eran impartidas mientras paseaban en el jardín de tal lugar, de ahí que fueran conocidos como peripatéticos (lo que pasean)[18]; a propósito de la vida de Aristóteles Diógenes de Laercio recoge algunas anécdotas, por poner un ejemplo cuando “le preguntaron qué había obtenido de la filosofía, dijo: «El hacer espontáneamente lo que otros hacen por temor a las leyes»” (Lib. V, 19). En fin, en Atenas estuvo doce años, y seguramente habría estado más si su salud y el ambiente político se lo hubieran permitido; en el 323 a. C. Alejandro Magno murió repentinamente y las polis sojuzgadas no dudaron en iniciar rebeliones de modo que el ambiente se tornó tenso, se dice que Aristóteles fue acusado de ateísmo y de tener a Hermias por divinidad al haberle compuesto el himno[19], así que decidió abandonar Atenas a principios del año 322 a.C. impidiendo de esta manera que “los atenienses pecaran por segunda vez contra la filosofía” (Düring, 2005: 36).
Esta vez Aristóteles se refugió en Calcis, la ciudad natal de su madre, en donde finalmente falleció a los 63 años (322 a. C) a causa de una enfermedad (intestinal o gástrica). En su testamento[20] pidió, entre otras cosas, que sus restos fueran colocados junto con los de su esposa Pitias, asimismo solicitó a Nicanor que velara por su hija e hijo; para la fiel Herpilis pidió que se le diera todo cuanto necesitara, y que “se dediquen estatuas de piedra de cuatro pies de alto a Zeus Salvador y a Atenea Salvadora de Estagira” (Diógenes Laercio, Lib. V, 16).
[1] Vid. Vigo (2007: 1). [2] (2007: 1). [3] Düring (2005: 19). [4] Düring (2005: 19) parece indicar que Próxeno era el abuelo de Aristóteles sin embargo Calvo (2008: 6) sólo alude a él como pariente mientras que Vigo (2007: 2) no menciona relación parental entre ellos. [5] En este punto Vigo (2007: 2) apunta que algunos comentaristas han llegado a pensar que Aristóteles ingresó a la escuela de Isócrates primero. [6] Cf. Düring (2005: 23-24). [7] (2005: 27-28). [8] Vid. Calvo (2008: 6). [9] Düring (2005: 30). [10] Hay una discrepancia en torno a si Aristóteles abandonó la Academia antes o después de la muerte de Platón, algunos piensan que la abandonó después de la muerte de Platón (347 a. C) debido a que Aristóteles no fue electo director de la Academia, y otros que piensan que fue antes y que el mismo Platón habría reprochado tal acción, de esta opinión fue Diógenes Laercio (2007: 229) quien dice “se separó de Platón mientras éste aún vivía. Por eso dicen que comentó aquel: «Aristóteles da coces contra mí, como los potrillos recién nacidos contra su madre” (Lib. V, 2). Al respecto vid. Düring (2005) quien expone las posturas con mayor detalle. [11] El himno se encuentra en Laercio (2007: 232) Libro V, 7-8. [12] Cf. Düring (2005: 36-37), Vigo (2005: 3-4) y Calvo (2008: 7). [13] Vid. Cervera, C. (2016). [14] Vid. Vigo (2007: 4). [15] Citado por Düring (2005: 34), entre otras cosas Düring recupera sucesos como que Aristóteles mandó a hacer una copia de la Iliada para Alejandro. [16] Candel (2014: XIV) dice “o Apolo «lobuno», uno de los atributos de dicho dios que, según el mito, adopta diversas formas animales”. [17] Pese a ser opinión popular que Aristóteles fundó la escuela se debe tener en cuenta que dada su condición de extranjero no podía obtener propiedades y que en consecuencia su “escuela” no tenía los mismos rasgos que la Academia (en la que sí había un inmueble y derechos de propiedad). La escuela adquirió su carácter legal, después de la muerte de Aristóteles, gracias a Teofrasto, su sucesor, con lo que se inició la escuela “Peripatética”. A propósito vid. Düring (2005: 35-36) y Vigo (2007: 4-5). [18] Deriva de la palabra griega perípatos que significa paseo. [19] Vigo (2007: 6). [20] El testamento de Aristóteles básicamente fue conservado gracias a Diógenes Laercio (2007) Lib. V, 11-16. Bibliografía
Calvo, T. (2008), Aristóteles y el aristotelismo, Madrid: Akal.
Candel, M. (2014), “Aristóteles, primer filósofo sistemático”, en Aristóteles I, Madrid: Gredos, pp. XI-C.
Cervera, C. (2016), “Aristóteles, el filósofo que creó a Alejandro Magno para vengarse de los griegos”, en ABC historia, recuperado del 23/09/18 de https://www.abc.es/historia/abci-aristoteles-filosofo-creo-alejandro-magno-para-vengarse-griegos-201606030238_noticia.html.
Düring, I. (2005), Aristóteles, trad. Bernabé Navarro, D.F.: UNAM.
Laercio, D. (2007), Vidas de los filósofos ilustres, trad. Carlos García Gual, Madrid: Alianza, pp. 229-245.
Vigo, A. (2007), Aristóteles. Una introducción, Santiago, Chile: IES.
Comments