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Introducción general a Platón

  • Foto del escritor: Ecos del Espejo
    Ecos del Espejo
  • 27 mar 2020
  • 6 Min. de lectura

Por: Carlos Gutiérrez Rueda


Para un conocimiento más profundo de las propuestas filosóficas de Platón, es importante tomar en cuenta la relación existente entre su biografía y la cronología en que escribió sus Diálogos. En la medida en que esto quede claro, la interpretación de la obra tendrá bases firmes y, con ello, se fundamentarán mejor las distintas interpretaciones hermenéuticas que se hagan de su obra. Por lo anterior, aquí presentamos una breve introducción general a Platón. Nuestro escrito tiene tres partes generales: una exposición sobre lo que Platón entiende por filosofía, una biografía general y un pequeño bosquejo de las influencias por él recibidas. Nuestro objetivo es ofrecer las bases para que el lector de nuestra Enciclopedia consulte las entradas especializadas a los temas desarrollados por nuestro filósofo, en las distintas áreas de la filosofía. El presente artículo tiene la ventaja de que, para su elaboración se consultaron fuentes clásicas, tales como Diógenes Laercio, Plutarco y Aristóteles. Por otro lado, señalamos que nuestro escrito ofrece el orden cronológico en que fueron escritos los Diálogos de Platón, aceptado por la mayoría de los especialistas actuales.

Concepción platónica de la filosofía

Platón está a la cabeza de la tradición filosófica occidental. Esto quiere decir que, con él, comenzó a practicarse la filosofía tal como la entendemos hoy en día: él fue el primer pensador que creó un cuerpo de escritos en los que tocó y desarrolló un gran número de áreas y temas que aún son discutidos hoy en día. Los temas por él desarrollados son, entre otros: metafísica, epistemología, ética, teoría política, lenguaje, arte, amor, matemáticas, ciencia y religión. Si bien es cierto que algunos pensadores que le precedieron ya habían planteado algunas ideas que pueden considerarse como metafísicas o políticas, ellas fueron pensadas aisladamente. En cambio, nuestro filósofo fue el primero las trató y desarrolló de modo conjunto, al darles un tratamiento unitario. Para ello, Platón concibió a la filosofía como una disciplina con un método intelectual propio, cuyo objetivo es escudriñar las presuposiciones que otras áreas del conocimiento sólo tomaban como asentadas y garantizadas. De hecho, según él, ella sería la única investigación capaz de darnos una concepción correcta y adecuada del mundo. Toda esta novedosa concepción de la filosofía, lo llevaría a hacer afirmaciones radicales para defender su postura acerca de la vida humana (ética) y la comunidad (política). Esta revisión de nuestras suposiciones, se llevará a cabo mediante el ejercicio de la dialéctica, que consiste en términos muy generales, en el cuestionamiento radical de nuestras creencias màs fundamentales, dando como resultado, la aporía, o el reconocimiento, no sólo de nuestra ignorancia, sino de la toma de conciencia del lugar donde buscar el conocimiento. Toda esta búsqueda de fundamentación la presenta Platón a lo largo de su extensa obra, en donde el personaje principal es su admirado y difunto maestro, Sócrates.



Breve biografía de Platón

Platón nació en Atenas en 427/4 y murió el 347/4 a.C. Su nombre real fue el mismo que el de su padre, Aristocles, pero su maestro de la palestra se lo cambió a Platón, a causa de la buena proporción de su cuerpo. Sus orígenes familiares fueron ilustres pues, mientras el linaje de su madre se remonta en sexta generación hasta Solón, el de su padre desciende de Kodro, el último rey de Atenas; y ambos ascendencias se pueden rastrar mitológicamente hasta Neptuno.

Con familias tan ilustres, es de suponer que tuvo acceso a una excelente educación. Sin embargo, su encuentro con Sócrates fue el hecho que más profundas huellas intelectuales dejó en él. Fue tanta su influencia, que convirtió a Sócrates en el personaje central de todas sus obras filosófico-literarias. Ese encuentro, es ubicado temporalmente, tanto por Diógenes Laercio (3.5) como por Aristóteles (Met. 987a), en la ‘juventud de Platón’, alrededor de sus veinte años, es decir alrededor del 407/6 a.C. Esto significaría que Platón y Sócrates convivieron cerca de 9 o 10 años, pues este murió, al beber la cicuta, en el 399 a.C. Más que una doctrina en particular, lo que dejó una profunda huella en Platón, fue la particular forma en practicar la filosofía por parte de Sócrates; largos interrogatorios donde se sometía a un profundo examen las creencias del interrogado, y la aceptación pública de ignorancia como un logro intelectual. Estos elementos, los vemos abiertamente expuestos en los primeros Diálogos escritos por Platón.

Al morir el maestro, de acuerdo con Diógenes Laercio (3.6) Platón, junto con otros discípulos salieron de Atenas por miedo a la persecución política en su contra. Esto lo llevó a Mégara, Cierne, Italia y Egipto. De acuerdo con el biógrafo, nuestro filósofo estuvo viajando por el Mediterráneo durante 4 años. Y, al volver a Antenas, vivió en la Academia, “un gimnasio suburbano con arboledas, llamado así por cierto héroe llamado Ekademo (Diogenes Lacercio, 3.7). Suponemos que fue durante este período que comenzó a escribir sus primeros Diálogos; entre los que se encuentran, Lysis, Eutifrón, Hipias Menor, Ión, Hipias Mayor, Alcibiades 1, Critón y el libro I de la República.

Luego de unos años de estabilidad, Platón emprendió su primer viaje a Sicilia –aproximadamente en el 388/7 a.C. (Carta VII, 326b). Viaje que lo llevaría a visitar, entre otros lugares, la Corte del tirano de Siracusa Dionisio I. Según Plutarco (5, 3-7), la falta de empatía entre el tirano y Platón, se convirtió en una disputa personal que terminaría en la venta de este como esclavo durante su viaje de vuelta a Atenas. Esta anécdota sobre la venta de Platón como esclavo, también es contada por Diógenes Laercio (3,21), quien complementa: “Platón fue comprado por Anníceris por 20 minas, y lo envió de vuelta a Atenas con sus amigos para que lo liberaran”. La anécdota tiene su importancia para la biografía porque, al enterarse Díon que Platón terminó libre en su ciudad natal, le envió dinero como compensación, y, con éste, Platón compró el huerto donde establecería su famoso centro educativo llamado Academia en el 387.

Todas estas amargas experiencias permitieron que Platón madurara un poco más y abrió una nueva etapa productiva. En efecto, al contar con un mejor conocimiento del alma humana, sus diálogos tuvieron mayor profundidad. En esta segunda etapa productiva, encontramos Protágoras, Laques, Fedón, Apología, Cármides, Menón, Menexeno, Gorgias; así como al Eutidemo, Symposium, Cratilo, República (libros del II al X), Parménides, Teeteto y Fedro. Obras entre las que se encuentran las dos mejor valoradas por los especialistas de todos los tiempos: República y el Symposium.

Platón viajó nuevamente a Siracusa, pero no sabemos bien los motivos. Por algunas líneas de la Carta VII (328c) suponemos que fue un intento por poner en práctica sus ideas políticas planteadas en la República. Por otro lado, Plutarco (11,2) nos informa que además recibió invitaciones del círculo de Pitagóricos, de ciertos “seguidores de Arquitas”. Platón viajó una tercera ocasión a Siracusa, pero su experiencia fue la misma decepción ante la corrupción de los tiranos de aquella corte. Desde el segundo hasta el tercer viaje, Platón no dejó de crear escritos: los viajes abrieron una tercera etapa productiva; aquí encontramos obras tales como, Sofista, Político, Fileo, Clitofonte, Timeo, Critias y Leyes.

Sabemos por Aristóteles (Política, II, 6), que las Leyes fue el último de sus Diálogos. Este dato no es menor si tomamos en cuenta que los filólogos alemanes del siglo XIX lo tomaron como punto de partida para trazar el orden cronológico en que Platón creó su extensa obra: 27 diálogos de su autoría y 7 espurios (es decir, que se le atribuyen pero no se cuenta con la absoluta certeza de ello). Hoy en día, el método el orden de los diálogos está corroborado con el método estilométrico (Brandwood, 1992), que si bien recoge las primeras intuiciones de los filólogos alemanes, hoy usa programas computacionales que miden el estilo de escritura de Platón. El uso de la tecnología para fijar el desarrollo de la escritura del filósofo ateniense ha logrado establecer acuerdos generales sobre el tema. Esto es importante porque se puede rastrear el desarrollo de la propuesta filosófica de Platón sobre bases más firmes.

Para finalizar esta breve biografía, se debe señalar que, según Diógenes Laercio (3.2), Platón murió a los 80 (+/-3) años de edad, en el 3474 a.C. Según este biógrafo, Platón murió “ahogado al estar comiendo en un banquete nupcial”.


Contexto e Influencias Recibidas

Platón creció durante un período de la historia de Atenas muy particular: el llamado siglo de Pericles (444-404 a.C.). Y esto marcó su vida de forma fundamental, pues pudo conocer a muchas de las mentes más brillantes de su época: no sólo nos referimos a Sócrates (470-399 a.C.), sino también a Sófocles (496-406 a.C.), Eurípides (480-406 a.C.), y Aristófanes (444-385 a.C.), en el caso de la literatura; y en cuanto a la historia, coincidió con Tucídides (460-395 a.C.); en la ciencia, con Demócrito (460-370 a.C.); y de manera muy fundamental, con sofistas y retóricos, tales como Gorgias (460-370 a.C.), Protágoras (485-411 a.C., aprox.), Antístenes (444-365 a.C.), Antifonte (480-411 a.C.), Trasímaco (459-400 a.C.) y su rival de sistema educativo, Isócrates (436-368 a.C.).

Estos personajes tan importantes para la cultura ateniense marcaron la mente de Platón tan profundamente que no podemos explicar la aparición del filósofo sin tomarlos en cuenta. Sin embargo, no contamos aquí con el espacio suficiente para desarrollar cada influencia. De manera general, podemos afirmar que el contexto y las influencias que recibió Platón se resumen en las siguientes líneas: los hechos históricos de la Guerra del Peloponeso y la derrota de los Atenienses a manos de los Espartanos, la irrupción en Atenas del fenómeno sofístico, las matemáticas pitagóricas, la idea del flujo universal de Heráclito, la idea del ser unitario de Parménides y, como ya mencionamos, la muy importante influencia de Sócrates (Kraut, 1992).

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